Desde el fatídico 11 de marzo de 2020, cuando el primer caso de Covid-19 se registró en Nuevo León, la vida de los nuevoleoneses tomó un giro inesperado. Cuatro años después, los negocios operan aparentemente con normalidad, pero los comerciantes siguen en alerta ante la posibilidad de nuevas contingencias que puedan afectar sus finanzas.
El impacto inicial del Covid
Tras el impacto inicial de la pandemia, la Secretaría de Salud estatal implementó medidas sanitarias que cambiaron la forma en que los negocios operaban. Los comerciantes se vieron obligados a cerrar temporalmente o ajustar sus horarios de servicio. Además, debieron cumplir con una serie de condiciones, como la instalación de termómetros, gel antibacterial y tapetes, así como restringir el acceso solo a personas que utilizaran cubrebocas.
La adversidad golpeó con fuerza a algunos sectores, llevando a restaurantes y tiendas de ropa a la quiebra. En entrevistas con Telediario, comerciantes compartieron sus experiencias, destacando las dificultades financieras que aún persisten.
Algunos sectores más afectados por el Covid que otros
José Luis de la Cruz, encargado de una tienda de ropa, recordó el desafío de mantener su negocio durante los tres meses de cierre impuestos por las autoridades. “Tardamos como un año en que volviéramos a tener ventas parecidas a las del año anterior a la pandemia”, comentó. Añadió que el comportamiento de los clientes se volvió impredecible, con una creciente preferencia por las compras en línea.
La industria restaurantera también sufrió transformaciones significativas. Álvaro Castillo, encargado de un restaurante, señaló que la modalidad de comida para llevar se convirtió en la norma. “Nos afectó, nos quitó un 70 por ciento de clientes”, admitió. A pesar de las dificultades, mencionó que están comenzando a recuperarse en términos de ventas, aunque el panorama sigue siendo desafiante.
Incluso el comercio ambulante tuvo que adaptarse a nuevas restricciones, ya que las autoridades prohibieron su presencia en las calles. Mercedes Guerrero, una comerciante afectada, describió el desafío de sobrevivir durante un año sin poder trabajar. A pesar de la reapertura, la recuperación económica ha sido un proceso lento.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre octubre de 2020 y julio de 2021, aproximadamente 1.6 millones de empresas en México cerraron de forma definitiva debido a la crisis del Covid-19. A pesar de estas cifras desalentadoras, en la actualidad, los comercios en Nuevo León operan al 100 por ciento.
La nueva normalidad
Sin embargo, algunas prácticas adoptadas durante la pandemia se han convertido en parte de la nueva normalidad. La presencia de gel antibacterial en los negocios y el uso continuo de cubrebocas por parte de los meseros en los restaurantes son ejemplos de cómo la pandemia ha dejado una marca duradera en la forma en que operan los negocios.
A medida que la economía se recupera, los comerciantes enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno comercial en constante evolución. La resiliencia y la capacidad de adaptación se han vuelto esenciales para la supervivencia de los negocios en Nuevo León, marcando así un capítulo significativo en la historia empresarial de la región post-Covid-19. Aunque los retos persisten, la determinación de los comerciantes sugiere un optimismo cauteloso mientras construyen un futuro más fuerte y resistente.
